Frank del Río, el hombre de los cruceros

Foto: Osbel Concepción.

Foto: Osbel Concepción.

Tahimi Arboleya para OnCuba

Hace apenas un año y medio Frank del Río volvió a La Habana que había dejado el 22 de agosto de 1961 y que no había visitado más. Muchas cosas quedaron grabadas en la memoria del niño de 7 años y fueron saltando, una tras otra, al tocar suelo habanero.

El hospital donde nació y que había revisitado enfermo alguna que otra vez, su casa de Lawton en San Francisco 957 entre 19 y 20, dirección que puede decir de memoria. El Club Náutico, la playa de Guanabo, Jalisco Park, el malecón y sus carreras de autos, su primera escuela… Es difícil creer que pueda haber guardado tantos recuerdos por más de cincuenta años, pero los detalles y sus ojos cuando habla de ellos, no dejan espacio a la duda.

Desde que viajó a Cuba en el año 2015 ha vuelto ya cuatro veces: “Cuba no se ha desarrollado como debía por varios motivos, entre ellos el bloqueo, así que muchas cosas estaban igual que como las dejé, otras en malas condiciones. Yo miraba todo, a ver qué edificios podrían rescatarse, qué se puede devolver a su gloria, La Habana sigue teniendo un encanto especial”.

Sus padres le hablaban mucho de Cuba, su papá trabajaba como contador para la Coca Cola, y su mamá era secretaria en un negocio de lavanderías en la Manzana de Gómez, sin embargo, nunca más visitaron La Habana. “No soy político, no fue por eso… lo que pasó, pasó, y hay que dejarlo pasar. Mi padre que falleció en mayo de 2016 siempre quiso ir, sin embargo, la verdad es que no sé bien por qué nunca volvimos”.

Frank del Río llegó a Estados Unidos y fue a vivir a Connecticut con sus padres; cuando tenía 16 años decidieron mudarse a Miami. El primer día de high school se sentó al lado de una muchacha, pareciera que ese asiento vacío se lo había guardado el destino, porque todavía está a su lado: llevan más de 40 años juntos, es su esposa y la madre de sus dos hijos.

¿Cómo un cubano que llegó a Estados Unidos con 7 años llega a ser el CEO (presidente y director ejecutivo) de una de las compañías de cruceros más grandes del mundo?

Con un poco de esfuerzo y mucha suerte… Los años que pasé en Connecticut me dieron el espíritu de trabajar duro. Había mucha discriminación en aquella época, yo era el único que hablaba español, era muy extraño para ellos. Tuve muchas peleas con otros niños porque me ofendían por ser latino. Aprendí, cada experiencia es útil. Siempre fui un competidor, lo demostré en mi época de atleta, llegué a ser el sexto corredor de la media milla más rápido de EE.UU., siempre he sido competitivo, siempre he trabajado duro, no soy el mejor de nada, pero compito. Mis padres me decían “tú no eres mejor que nadie y nadie es mejor que tú”.

Me gradué de contador público, igual que mi padre. Trabajé en una compañía de cruceros en Fort Lauderdale que quebró. Cuando pasan cosas negativas es que de verdad uno aprende. A mí me afectó mucho, estuve casi dos años sin trabajar, por suerte mi esposa tenía trabajo, si no, nos moríamos de hambre. Tuve la oportunidad de empezar una empresa de cruceros con tres barquitos a través del gobierno francés y de bancos franceses que habían financiado algunos barcos de esa compañía. Yo no tenía ni un centavo, hipotequé la casa, todo lo que tenía lo puse en función del negocio y busqué inversionistas y empezamos Oceania Cruices en enero de 2003. A los tres meses es la invasión de EE.UU. a Irak, la economía baja, pero tomamos el riesgo y competimos con otras grandes empresas que tenían muchos barcos: con Carnival que tenía cien barcos, con Royal que tenía cincuenta, con Norwegian que tenía quince… y yo con uno, pero al año siguiente con dos, y al otro con tres… y así fuimos creciendo.

En 2007 una compañía muy grande de Nueva York (Apolo Management), se entera de nosotros, ellos querían entrar en el negocio de cruceros y nos compran el 58 por ciento de la compañía por 850 millones de dólares. Son ahora los accionistas principales de la compañía, aunque mi grupo y yo conservamos parte de las acciones. En el año 2008 compramos Regent Seven Seas, la compañía de barcos más lujosos del mundo. Creamos el holding Prestige Cruises y administramos Oceania y Regent por seis años. En 2014, le vendimos Prestige a Norwegian por 3.3 billones de dólares. Había cumplido 60 años, pensé que me iba a retirar, porque Norwegian tenía su CEO, pero solo fueron tres semanas. El Cheirman del board de Norwegian me pidió que fuera el CEO de las tres compañías, le pedí dos horas para convencer a Marcia, mi esposa. A mí me encanta este trabajo, así que volví. También por mi equipo y por la persona que me lo pidió, que fue el mismo que en 2007 cambió mi vida.

Recuerdo aquel momento hace nueve años cuando se hizo efectiva la compra de las acciones de Oceania Cruices. Por aquel entonces mi hija, que se había casado, vivía con nosotros porque no teníamos dinero para tener otra casa. Todo el mundo estaba ahorrando para lograr una casita para ella. Mis dos hijos trabajaban con nosotros. Cuando nos dieron ese cheque, cambió nuestra vida por completo. Esa noche, mis hijos se fueron a celebrar, mi esposa y yo ordenamos pizza y celebramos en la cama con mi nieto Dominique de 15 meses, mirando televisión.

Foto: Osbel Concepción.

Foto: Osbel Concepción.

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Finalizando el año 2016 Norwegian firmó un acuerdo para viajar a Cuba. ¿En qué consiste, cómo será la operación?

Estamos muy felices porque el gobierno cubano aprobó nuestras tres marcas, es la única compañía a la que se le han aprobado todas. El acuerdo es hasta el 31 de mayo de 2017, estamos esperando la nueva autorización que, según me dijeron, deben darla a finales de este mes de enero.

En el mes de marzo comenzaremos con los primeros tres viajes de Oceania, me alegro mucho que sea con esta marca porque fue la que yo fundé. Vamos a llegar con el barco Marina (1250 pasajeros), el primero que nosotros fabricamos. En marzo tendremos tres viajes de Oceania que tocarán La Habana con un over night, o sea, dos días y una noche en el puerto habanero.

En abril tendremos dos cruceros de Regent Seven Seas Mariner (700 pasajeros de ultralujo), y en mayo comenzaremos cinco cruceros de Norwegian Sky, cada uno de ellos de cuatro días. Salen de Miami un lunes, el martes y miércoles en La Habana, el jueves en la isla privada de Norwegian en las Bahamas y el viernes por la mañana regresa a La Habana.

Le hemos presentado a Cuba una propuesta muy amplia para continuar con los cruceros de Norwegian Sky el resto del año, cada semana. Oceania con barcos pequeños y con otros para darle la vuelta a Cuba, queremos La Habana dos noches, Cienfuegos, Santiago de Cuba y otro en la costa norte este de Cuba. Y muchos otros cruceros, por ejemplo, cuando van de Miami a Los Ángeles, en vez de ir a Cayo Hueso y Cozumel, que paren en La Habana. Propusimos unos 86 barcos del primero de enero de 2017 a mayo 31 de 2018.

Esta compañía toca las principales ciudades del mundo, 510 son los destinos de Norwegian… ¿qué significa incorporar las ciudades de Cuba?

Representa otra oportunidad para diversificar los itinerarios. El Caribe representa el 45 por ciento de todos los cruceros de Norwegian, un número similar para Carnival y otro tanto para Royal; porque el Caribe es un destino cercano al que se puede ir el año entero. Entonces, tener un destino tan dinámico como Cuba… imagínate que la mayoría de los lugares en el Caribe tienen un solo lugar para visitar, Cuba es mucho más. La Habana merece tres días, incluyendo Pinar del Río y Varadero. Tienes Trinidad, Cienfuegos, Santiago, los cayos… Cuba es un país impresionante, con nueve sitios declarados por la UNESCO como Patrimonios de la Humanidad. Tiene montañas, valles, ríos, lagos, ciudades grandes, cultura francesa, africana, española, rusa… eso hay que disfrutarlo y desarrollarlo. Es una gran oportunidad, aunque yo fuera polaco en vez de cubano, seguiría pensando que es una gran oportunidad, que es el sitio a desarrollar para la industria de cruceros. Cuba es perfecta, a 200 millas de Miami, a 200 millas de Fort Lauderdale, a 300 millas de Tampa, es una isla estrecha y larga, perfecta para los cruceros.

¿Qué impacto podría tener la apertura de Cuba a esta industria para el resto del Caribe?

La mayoría de los itinerarios que salen de Miami, de Fort Lauderdale y de Tampa, que van al Caribe, el primer día tienen que ir a alta mar, tiene que hacer estancia en algún sitio, por eso creo que en vez de perjudicar va a ayudar al resto del Caribe. Porque el primer día, sin navegar mucho, estarán en La Habana. Antes la distancia era mayor, para llegar a Haití, o a México. No creo que el resto del Caribe se perjudique, todo lo contrario, los cruceros al Caribe se enriquecen grandemente con la incorporación de Cuba, y seguirán tocando el resto de los puertos.

Norwegian hace un turismo de alto estándar. ¿Está Cuba preparada para ello?

La Habana no está todo lo desarrollada que podría, o como lo va a estar en un futuro, pero tampoco está tan atrasada como algunos pudieran pensar. Nosotros vamos a 510 puertos alrededor del mundo, Cuba no es el 511 en cuanto a calidad o infraestructura o atractivo, yo te diría que Cuba está al menos en el primer 20 por ciento.

Ahora mismo hay tres terminales para cruceros en la bahía de La Habana, dos están en malas condiciones, nosotros queremos ayudar a reconstruirlas, estamos solicitando una licencia especial a OFAC para poder hacerlo y el gobierno cubano desea trabajar con nosotros en este sentido.

Ahora funciona una sola, la terminal Sierra Maestra, en esa puede haber dos barcos, no es suficiente la capacidad. Además de que el túnel de La Habana se construyó en la década del 50 del pasado siglo, así que no tiene el calado suficiente para los barcos grandes, esto genera una limitación de barcos de 2000 pasajeros, hoy pueden ser de 4000 o 5000 pasajeros. Solucionar el problema del túnel de La Habana para hacerlo más profundo puede tardar años y mucho dinero, por eso es importante que las otras dos terminales puedan funcionar, porque, aunque sean barcos de menor capacidad pudiera haber más a la vez, seis en total si las tres terminales funcionaran.

Además, el interés de los norteamericanos por visitar Cuba es muy grande, y a lo mejor no tiene la conveniencia de otros puertos, pero tampoco está entre los peores, estoy seguro de que será una experiencia muy positiva para ellos. A los que he visto en La Habana, siempre los veo fascinados.

Foto: Tim Rubacky.

El turismo de cruceros implica una gran cantidad de personas al mismo tiempo en el mismo sitio. ¿Cómo Norwegian maneja estas operaciones para que se produzca un verdadero intercambio cultural y a la vez se proteja el sitio que visitan?

Los clientes nuestros por lo general son personas mayores, educadas, con intereses por la cultura, por conocer. Lo mismo que hacemos cuando nuestros barcos llegan a Florencia, a Roma, Venecia, San Petersburgo, Estambul, Shanghái… lo haremos en La Habana.

Nuestros clientes tienen más interés por tener un intercambio cultural que por disfrutar de las playas, por ejemplo. Los museos, las calles, La Habana Vieja, los nueve sitios UNESCO, yo creo que Cuba está bien preparada para impresionar a estos turistas, que no son solo de sol y playa o daiquirí. Cuba es la perla de las Antillas y tiene mucho de cultural que ofrecer. En La Habana solamente vamos a tener 17 tours, no queremos llevar a 2000 personas al mismo lugar porque entonces la calidad de esa experiencia no va a ser buena. Cuba tiene una historia formidable que mostrar, tiene un encanto particular.

Para Norwegian es muy importante poner en contacto a los viajeros con la cultura del lugar que visitan, y sé que hacen un especial hincapié en la gastronomía, ¿cómo será con Cuba?

Sobre todo, en Oceania y Regent, una de las partes más importantes del crucero es la gastronomía. Tenemos cocinas especialmente para enseñarle a los huéspedes cómo cocinar y es parte de la riqueza del crucero para ellos.

Una de las cosas que queremos, para que los clientes puedan experimentar mejor la cultura cubana, es que cuando el barco esté en Cuba los cocineros sean cubanos, que en el overnight cocinen chefscubanos la comida cubana. Que toquen músicos cubanos, que la tripulación permanente sean cubanos: médicos, cantineros, dependientes… eso aumenta el beneficio mutuo porque genera puestos de trabajo en Cuba y para los clientes aumenta su experiencia con la cultura cubana, enriquece el viaje.

Hoy día la mayoría de los tripulantes son filipinos, o de los países de Europa del Este, los músicos son rumanos… no sé por qué, pero es así. Por eso hemos pedido permiso para poder lograr todo esto.

Foto: Tim Rubacky.

Foto: Tim Rubacky.

creo que será algo positivo para el comercio, para la economía, y para el norteamericano es un lugar muy atractivo y serán clientes muy respetuosos.

¿Qué dejará esta experiencia a los cubanos y a los norteamericanos?

Creo que los cubanos estarán alegres. El pueblo cubano no tiene nada contra el pueblo norteamericano, y viceversa. Por lo que yo he visto, le he preguntado a cientos de norteamericanos y están muy entusiasmados por visitar Cuba, creo que será algo positivo para el comercio, para la economía, y para el norteamericano es un lugar muy atractivo y serán clientes muy respetuosos.

Nuestros barcos van a Rusia, a China, a Vietnam, a Arabia Saudita… a lugares donde hay más conflictos entre ambos gobiernos y son viajes exitosos.

¿Cómo ha sido su experiencia de negocios con Cuba?

No ha sido complicado, se ha demorado quizá un poco más de lo que estamos acostumbrados en EE.UU., pero yo encuentro que los funcionarios con los cuales me he relacionado han sido inteligentes, bien educados y profesionales. Cuba tiene una cierta burocracia que hay que respetar, supongo que con el tiempo se vaya ajustando.

Los acuerdos con Cuba se firmaron pocos días después del triunfo electoral de Donald Trump, muchos temen que el recién electo presidente de los Estados Unidos revierta los acuerdos firmados entre el gobierno de Barack Obama y La Habana. Entonces, ¿por qué firmar con un riesgo tan alto? ¿Qué espera que suceda?

A la oportunidad no se puede decir que no, si me hubiesen dejado entrar una sola vez, esa vez yo la aprovechaba. No se sabe qué va a hacer Trump, pero él no ha llegado adonde ha llegado siendo un estúpido, no lo es. Es billonario, exitoso en los negocios, ha llegado a ser presidente de los EE.UU.; su ideología, creo yo, es hacer negocios. Y Cuba quiere hacer negocios, el gobierno cubano no quiere que los EE.UU. se meta en su política interna, quiere hacer negocios.

Lo que hace falta es que levanten el embargo para hacer negocios, y yo creo que hay una buena oportunidad, en mi opinión para 2018. En 2017 otras cosas más domésticas van a dominar su agenda, pero en el 18 todavía tendrá un Congreso republicano, en Cuba seguramente habrá más cambios, Raúl Castro termina su mandato y uno de los requisitos de la Helms Burton es precisamente que no haya un Castro en el poder en Cuba. Así que me parece que en 2018 puede pasar algo positivo… y eso es lo que yo espero.

Foto: Osbel Concepción.

Foto: Osbel Concepción.

 

De aquí a 5 años…

Depende de la infraestructura. La demanda de los EE.UU. es mucho mayor que la capacidad que tiene Cuba ahora mismo. Cualquier día aquí en Miami hay hasta siete u ocho barcos, si es posible, esos siete u ocho barcos al día siguiente están en Cuba, pero depende de la infraestructura portuaria… solo eso. Cuba tiene las carreteras, los buses, los choferes, los guías, los nueve sitios de UNESCO, lo que hace falta es un lugar para parquear los barcos. También se está pensando en poder anclar, hay muchos lugares que lo hacen, yo te diría que de un 30 a un 40 por ciento de los lugares a donde vamos se anclan los barcos, no hay puertos, no hay terminales, el gobierno cubano está considerando esta alternativa.

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Norwegian Cruise Line Holdings Ltd. es una de las compañías de cruceros más grandes del mundo, maneja las marcas Norwegian Cruise Line, Oceania Cruises y Regent Seven Seas Cruises. Con varios edificios de oficinas, miles de empleados, sus barcos visitan 510 puertos alrededor del mundo. Un hombre dirige todo eso y en su oficina en Miami te reciben dos sendas fotos de La Habana y algunas obras de arte de artistas cubanos. Para Frank del Río Estados Unidos significa “grandeza”. ¿Y Cuba?, le pregunto. “Cuba es mi casa”.

Me encanta la comida cubana, si por mi fuera la comería todos los días. Me gusta coleccionar artes visuales cubanas. Wifredo Lam, Amelia Peláez, Víctor Manuel, Carlos Enríquez, Abela, Cundo Bermúdez. Mi familia es cubana, mi esposa, mis hijos están casados con cubanos… si le preguntas a mis nietos qué son… te dicen: cubanos.

Jose Rementeria

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